RESTOS. TEORÍA DE LA LITERATURA

jueves, 18 septiembre 2014

Javier Morales Mena (Comp.)

Editorial San Marcos, Lima, 2012, pp. 245

¿Qué resta hoy de la teoría literaria? ¿Qué resta hoy en la era de la globalización, en el apogeo de las redes sociales, en pleno cambio climático, en medio de una crisis económica que se extiende como constante histórica, del gran proyecto teórico vinculado a la literatura que se gestó a finales de los años ochenta y durante los noventa, y que fue la continuación de la efervescencia estructuralista? ¿Qué resta de esta gran teoría de la literatura? ¿Cómo se ha archivado este acontecimiento que marcó el curso de las humanidades durante casi tres décadas? ¿Qué episteme custodia el archivo? ¿Qué restos han quedado como basura tóxica, no biodegradable, arrojados al fondo del mar, abandonados, inservibles? ¿Qué mal es ahora el que sacude el archivo de los estudios literarios?

Restos, el libro compilado por Javier Morales Mena, traza un recorrido por la actualidad de estos estudios en teoría de la literatura tras el fervor posestructuralista. El libro, que nace de la pasión por la literatura y por la teoría de la literatura, es en su conjunto una amplia reflexión sobre el modo de actuación ante los restos; sobre su intervención; sobre la reinscripción monumental de la teoría. El libro, además de ser una valiente apuesta por la teoría literaria ante el incierto paso de las humanidades, es pregunta y es testimonio. Pregunta transformadora, como toda pregunta crítica. Pregunta estratégica, económica, desestabilizadora. El libro también es testimonio, pero también posicionamiento desde la crítica y en la crítica. Testimonio residual que dibuja un retrato fragmentado, anamórfico, del estado de la cuestión del panorama de la crítica literaria. Un resto.

Un testimonio recogido entre algunas universidades latinoamericanas, estadounidenses y españolas. Los textos testimoniales que lo componen entonces no están coordinados entre sí siguiendo un mismo orden de pensamiento, una misma escuela, no son homogéneos temática ni ideológicamente, lo cual es signo de buena salud para la crítica. Los testimonios aquí recogidos no están regidos por un principio homogéneo, sino que más bien vienen a cuestionar el lugar de enunciación hegemónica a través de la práctica de la teoría literaria. Sería formular un oxímoron unir teoría literaria y uniformidad teórica. Restos, nos da cuenta de esta proposición. Los textos aquí recogidos marcan posiciones muy diferentes ante el eje que vertebra el volumen. La pregunta de origen se convierte en espectro que ronda cada propuesta aquí reunida, cada testimonio viene acompañado del espectro al que invoca o del que huye. ¿Qué queda de la teoría literaria que marcó una era en los estudios académicos? ¿Qué queda del dominio de la MLA con Hillis Miller al frente? ¿Qué queda de la arrolladora figura de Jacques Derrida que revolucionó los departamentos de las universidades norteamericanas entre filosofía y literatura; el mismo que fue vetado en Oxford, y admirado y odiado a partes iguales en media Europa? ¿No fueron los restos de Paul de Man los primeros en mostrar la dificultad de su archivo? ¿No fue todo el estruendo sobre su pasado nazi el grito reprimido del fantasma que callaba y que activaba el tratamiento de residuos teóricos tóxicos, su neutralización en un lugar seguro de este archivo? ¿Ha sucedido lo mismo con Derrida y con la deconstrucción, con Deleuze, Foucault, Lacan, y un largo etcétera? ¿Son ahora meros significantes para el duelo? ¿Nombres catacréticos para la historia de la crítica? 

Restos plantea un recorrido dialógico entre diferentes modos de entender y abordar la teoría literaria, y sobre todo defiende diferentes modos de diálogo con los restos, diferentes maneras de ser restos a su vez en su modo testimonial. Restos es un libro que trata desde la cuestión de la Weltliteratur (Antonio de Murcia) hasta el mismo estatuto epistemológico de la crítica literaria en tanto que crítica (Miguel Ángel Huamán). Acoge desde la más furibunda defensa contra cualquier vínculo con los restos de la teoría que acechan el programario de más de una universidad (Aullón de Haro), hasta el relato personal de la vivencia que relata la práctica de la crítica junto a los nombres que han sido restados (Roberto González Echevarría). La práctica de la crítica queda en el libro también articulada desde la propuesta de actualización de corrientes clásicas como la hermenéutica y su interesante reflexión como hermenéutica constructiva (Sultana Wahnón); de la presencia de la semiótica todavía vigente. No podría articularse del todo este testimonio sin la pregunta por la traducción, por la lengua del testimonio y por la lengua del resto (Tatiana Bubnova Gulaya). La traducción de los residuos y su archivo son consustanciales a la cuestión de la traducción inversa. La última parte del libro actúa como recuento, como memorial, como muro posicional. Se sigue hablando de cuestiones sobre la obra derridiana sin restricciones (Manuel Asensi), se formulan y aplican teorías de lectura basadas en el sabotaje3 aplicadas a feminismos y postcolionalismos (Beatriz Ferrús), se recupera la voz de Paul de Man (Antonio Aguilar). Se funde el resto con el espectro en la formulación de otra espectropoética (Javier Morales). En definitiva, testimonios polifónicos, transescripturales, marginales, sobre la huella de los restos de la teoría literaria en la teoría de la literatura. De los restos de una teoría de la literatura que es ella misma, ahora, en este momento, restos. 

La cuestión que se pone en escena, la pregunta que resta del libro, tiende hacia la reinscripción irónica de la misma pregunta. ¿Cómo hacer teoría con los restos, qué inventio puede dar cuenta de estos restos? ¿Cómo traducirlos a la teoría literaria de hoy? ¿Cómo?, cuando todos los testimonios son restos.

Antonio Aguilar

Hispanic Studies Program

University of Virginia-Valencia

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