La sombra del cuervo . Edgar AlLan Poe y la literatura fantástica española del siglo XIX

jueves, 17 julio 2014

David Roas

Devenir, Ensayo, 2011

El lector encontrará en el libro de David Roas, La sombra del cuervo. Edgar Allan Poe y la literatura fantástica española del siglo XIX, una propuesta doble. Por un lado podrá rastrear, gracias a una profusa documentación bibliográfica, el paso de Edgar Allan Poe por las letras españolas en la segunda mitad del siglo XIX, su influencia y su presencia posterior. Y por otro lado, el lector hallará un breve catálogo de obras en las que el autor analiza el trasunto de algunos rasgos de la poética derivada de la obra de Poe. La primera supone un trabajo de profundo y paciente calado documental; la segunda, una mirada sobre la literatura fantástica española del periodo estudiado en la que en ocasiones se echa en falta un mayor detenimiento y aparato crítico que, sin duda, el autor suprime para hacer más asequible su contenido al lector no especializado. Si bien de la primera de las partes no podemos sino elogiar el trabajo de recopilación llevado a cabo, los planteamientos y lectura de la literatura fantástica realizados en el la última sección de este trabajo problematizan algunas cuestiones que merecen ser señaladas.

El libro plantea la influencia de la obra de Poe en la literatura española a través de una concepción general de la intertextualidad en las que los textos se relacionan entre ellos, sobre todo teniendo como referencia patrones estéticos, morales o, incluso, atendiendo a la manera de referirse a la realidad. La necesidad del género fantástico bien podría ser, por tanto, una buena manera de posicionarse ante esa realidad por parte de la literatura del siglo XIX. El caso español, como demuestra Roas, no es ajeno. Desconcierto, distancia, experimentación, posibles razones del éxito de lo fantástico, se nos dice. Pero el autor no está interesado en ofrecernos ninguna tesis sobre el uso del género, su objetivo es rastrear las referencias a Poe en estos textos practicando una suerte de crítica genética cuyos resultados no pueden ser más destacables. Son de agradecer, aunque escasos porque el objetivo es otro, los lugares en los que el autor justifica críticamente su lectura. Por ejemplo, el recorrido por la literatura fantástica de Poe se nos describe como opuesta a la de Hoffmann, incidiendo en el problemático sustrato de lo real. Por ejemplo, el escritor inglés partiría de lo real para llegar a lo fantástico; mientras que el alemán cuenta con la situación alucinatoria de partida. Esto incidiría en la importancia de lo científico, en Poe y en sus seguidores, imitadores, y recreadores. Lo cual es también uno de los atractivos del libro, porque podemos leer estas influencias en los textos de la época que se comentan. Lo científico aparece como un mecanismo de verosimilitud, no de racionalización. El lector encontrará este argumento desarrollado y repetido como uno de los ejes teóricos de La sombra del cuervo. Y en oposición al argumento científico se introduce a Freud en uno de los mayores aciertos del ensayo. Freud explica en Lo siniestro, como la repetición de un gesto inocente pone en cuestión el orden de lo real haciendo sospechoso el estatuto de lo azaroso, de la causalidad. Ello hace que lo repetido nos resulte familiarmente extraño. Roas explica esto de manera clara con el cuento de El gato negro, y deriva esta experiencia en la posterior utilización por las letras españolas. No piense el lector que la repetición de una cita en las páginas 86 y 134 busca este efecto siniestro en el texto. El estudio que tratamos se mueve en los parámetros del trabajo académico formal y no del fantástico. Buena prueba de ello es la atrevida propuesta sobre lo grotesco que desarrolla y que deja servida para el debate.

Lo grotesco, defiende el autor, sería una combinación entre lo cómico y lo terrible, cuyo fin último sería «revelar el absurdo y la falta de sentido del mundo». Ante lo grotesco la risa es una medida de seguridad, una distancia preservadora frente a lo sobrenatural. Esta defensa de lo grotesco que parte de lo siniestro cierra este recorrido por la angustia de las influencias, con algunos ejemplos sobre el humor desde la literatura, donde la risa se une al efecto alienador de una realidad que estos autores descubren artificial, sin sustrato en el que basar su seguridad ante lo real. Si la realidad está dada al azar, a lo inexplicable, la risa es un buen instrumento tanto para repetir y desbloquear estructuras inconscientes de represión, como para transgredir los órdenes de un mundo que se establecía positivista y de raigambre profundamente científica. 

La sombra del cuervo constituye una valiosa herramienta para el investigador que desee referencias a materiales de tan específica temática como lo es la concreción de la obra de Poe en la prosa española del XIX. Es también un libro de indudable valor para el lector interesado tanto en la obra de Poe como en su influencia múltiple en el tratamiento español de este escritor. El libro del profesor Roas es así una obra de ineludible referencia para cualquier aproximación al tema, tanto si se hace con propósitos académicos, como si el fin último de la lectura se convierte en la divulgación para un público no necesariamente especializado.

Antonio Aguilar

Universidad de Virginia-HSP

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