EL ESPAÑOL EN LOS EEUU: E PLURIBUS UNUM? ENFOQUES MULTIDISCIPLINARIOS

lunes, 29 septiembre 2014

Edición de Domnita Dumitrescu y Gerardo Piña-Rosales

Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 2013, 408 pp.

Si lo que queremos es leer un libro que nos garantice ponernos al tanto de la situación de la lengua española en los Estados Unidos, El español en los EE.UU.: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios sería sin duda alguna buena opción. Esta obra, fruto de la iniciativa de la Comisión del estudio sociolingüístico del español en los Estados Unidos, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), de algunos de sus miembros y de otros destacados especialistas en el tema, nos recuerda que los estados unidos americanos no solamente hablan en inglés, sino que también lo hacen en español, y no poco. 

Este volumen está dirigido a todo aquel que quiera aproximarse a una respuesta que haga justicia al planteamiento de si todavía la lengua de Cervantes se ha de seguir considerando como una lengua más en los Estados Unidos, o si, por el contrario, ya se puede empezar a hablar del español de los Estados unidos como una lengua integrada dentro de un mundo estadounidense globalizado. No obstante, establecer esta distinción no es tarea fácil debido a la diversidad de prácticas lingüísticas. 

La demografía hispanounidense actual no engaña. Los números hablan por sí solos. La población hispanohablante que llega, se queda y nace en los Estados Unidos es una muestra clara de cuán importante es el español en este país. Sin embargo, no solamente se pueden contar personas, sino que se debe contar con las personas con el fin de convertir la sociedad en la que viven en una realidad que muchos consideran aún a estas alturas un sueño apesadumbrado. 

Por lo que parece, las batallas libradas por los defensores del monolingüismo están lejos de decretar el alto al fuego. Si bien es cierto que la fuerza hispanófoba de organizaciones como el movimiento English- Only (que curiosamente se originó en Miami) y otras de su clase parecen haberse agotado estos últimos años, la escasez de recursos económicos y la falta de una legislación que regule adecuadamente el uso del español menguan su desarrollo. Seguramente que para alcanzar un verdadero bilingüismo e impedir que esta situación se prolongue en el tiempo solo se necesite el esfuerzo de todos, hispanohablantes y anglohablantes.

Hacer de muchas variedades del español una sola es a lo que aspiran todos y cada uno de los estudios que este trabajo descubre. Estamos ante una obra que pretende abordar la situación del español arriba esbozada desde una perspectiva multidisciplinar, es decir, adoptando enfoques vinculados a la sociolingüística, la sociología, la pedagogía o la adquisición del lenguaje, entre otros. Los autores de estos capítulos no solamente ofrecen respuestas a muchos de sus desafíos, sino que además suscitan y replantean nuevos problemas a la espera de que otros tomen su relevo. 

El libro, estructurado en seis secciones bien diferenciadas, abarca temas fundamentales como son la demografía hispanounidense; el bilingüismo inglés-español, el mantenimiento y pérdida del español generación tras generación; las variedades del español estadounidense; la ideología y la identidad de los bilingües; y la educación bilingüe y la enseñanza del español como lengua de herencia. 

La primera sección la estrena Devin Jenkins, quien nos habla de la expansión de la población hispanounidense, prestando especial atención al suroeste del país. La segunda sección, consagrada a la adquisición y transmisión de la lengua, la abre Carmen Silva-Corvalán, quien trata el tema de la adquisición simultánea del inglés y el español como primeras lenguas. El siguiente estudio lo encabeza Andrew Lynch, el cual hace una crítica a los conceptos de «comunidad de habla» y «comunidad lingüística» de Saussure y Labov, respectivamente, siendo firme en la idea de que ambos se han quedado anticuados y que no se pueden aplicar a la situación actual del español de los Estados Unidos. Asimismo, cuestiona, por otro lado, el par «español de los Estados Unidos» y «español en los Estados Unidos», sin decantarse por ninguno de ellos. En el último estudio de esta sección, Susana Rivera- Mills observa la actitud de los hispanohablantes de cuarta generación ante la lengua de sus antepasados. 

La sección tercera, dedicada al bilingüismo hispanounidense, contiene cuatro estudios. El primero de ellos, elaborado por John Lipski, insiste en la necesidad de ver el español estadounidense como un dialecto propio de esta lengua. En el siguiente estudio, Ricardo Otheguy, partiendo de la influencia que ejerce el inglés sobre el español, retoma a Saussure y su clásica distinción entre «lengua» (langue) y «habla» (parole). Kim Potowski, en el tercer estudio de esta sección, nos habla del contacto de dialectos del español en Estados Unidos. Por último, Marta Fairchlough se interesa en las habilidades léxicas de los estudiantes de español como lengua de herencia.

La cuarta sección de este volumen se encarga de las cuestiones de ideología e identidad. Silvia Betti inicia esta cuarta parte examinando el polémico

spanglish. En el siguiente artículo,

Ana Sánchez-Muñoz analiza el uso

del español como lengua de herencia

en función de la identidad lingüística

y étnica de los hablantes. De la mano

de Glenn Martínez descubrimos la

política lingüística a la que se enfrentan

los hispanounidenses en el ámbito sanitario. Ana Roca y José Ángel Gonzalo de León cierran esta sección contemplando la expansión y desarrollo del español en Miami. 

Dedicada a la política educativa y a la pedagogía del español como lengua de herencia, la quinta sección comienza con la problemática de la educación bilingüe en los Estados Unidos presentada por Frank Nuessel. Más tarde, Robert Blake y María Cecilia Colombi describen un programa ejemplar de la Universidad de California de español como lengua de herencia. A continuación, Laura Callahan analiza la competencia que los estudiantes de español como lengua de herencia manifiestan en sus escritos. En el siguiente estudio, María Celia Colombi y Dalia Magaña insisten en la importancia de la adquisición de una bialfabetización avanzada. Esta penúltima sección que cierra el libro finaliza con el artículo de Ofelia García en el que la autora ahonda en el concepto de translenguar. El libro concluye en la sección sexta, en la que se ofrecen los perfiles bibliográficos de todos los participantes en la obra. 

Domnita Dumitrescu y Gerardo Piña- Rosales nos presentan de una forma muy nítida un tema que preocupa y concierne a todos los hablantes de una de las lenguas románicas por excelencia. Gracias a la colaboración de expertos y eruditos, ambos nos ayudan a conocer la situación que vive el español hablado en el Nuevo Mundo. De una forma clara y estructurada, tanto el lector lego como el más experto podrán descubrir como el español lucha por hacerse un hueco en un país en el que aún no existe una consciencia bilingüe, a pesar de disfrutar de una de las sociedades más heterogéneas del mundo. Creemos que una vez leído este libro, al lector solo le podrá pasar una cosa: haber modificado su visión previa del español estadounidense.

María Dolores García Planelles

Universitat de València-Estudi General.

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