EL SENTIDO DE LA METAFICCIÓN DE WOODY ALLEN A ROBERTO BOLAÑO

viernes, 10 junio 2016

Luis Veres Cortés

Madrid, Biblioteca Nueva, 2015, 129 pp.

Vemos en este trabajo una pretensión compleja: literatura, cine y el sentido (¿función?) de las estrategias narrativas de la metaficción. Acercarnos a un ensayo que trata de examinar algunos de los límites de las expresiones literaria y cinematográfica es, sin duda, una experiencia singular. La literatura (y también el cine) ha sido desde siempre una suerte de puente entre lo narrativo y lo real, puesto que una cosa no se entiende sin la otra. En un sentido muy generoso, este trabajo explora los límites de dicha relación. Una contingencia que se ofrece a partir del análisis de la fórmula del relato autorreferencial. Sobre una cuidada selección de escritores (de los de pluma y papel y audiovisuales), el texto desgrana una elaborada perspectiva que permite al lector profundizar en las claves de la metaficción en el cine y las letras.

El trabajo que firma Luis Veres Cortés es una rara avis. Progresivamente, hemos dejado de pensar en el cine y en la literatura como herramientas de comprensión acerca de aquello que los antiguos llamaron lo real. No sabemos con certeza si los mitos fundacionales de La Religión fueron creados para negarle a la literatura (y después al cine) estas capacidades. Pero no debemos olvidar que los seres humanos somos seres narrativos (narrados y narradores) y que las nociones de experiencia y conocimiento están íntimamente ligadas a las capacidades del lenguaje. El autor nos recuerda (p. 92) con mucha lucidez que la desconfianza acerca de lo que es verdadero hunde sus raíces en la crisis del propio lenguaje en tanto que sistema de representación. Las citas cuádruples (¡y quíntuples! p. 49) pueblan todo el texto. También observamos una apuesta por dirimir las preguntas que plantea su argumentación en base a la oposición de pares dicotómicos: verdad y veracidad, pasado y memoria, narración y relato.

El contenido se estructura a partir de una introducción en la que se presentan los elementos que vinculan la narración y la metaficción con la cultura hispánica… aunque no de forma exclusiva. Dichos componentes contextualizadores son hispánicos (Cortázar, Goytisolo, Rodríguez Monagal…), y no hispánicos (Benjamin, Goethe, Kernan…). La relación final plantea la que, a nuestro juicio, es una de las ideas estructuradoras del ensayo en su conjunto: la crisis de la Modernidad desde el punto de vista de sus narrativas y sus reformulaciones postmodernas.

No es de extrañar, atendiendo a la singularidad referida de lo autoanalítico de los textos metaficcionales, que a continuación el autor elija como objeto de estudio al histriónico Woody Allen. Allen protagoniza dos capítulos en los que (re)aprendemos algunas de las características fundamentales de su cine. Por ejemplo, la inserción de los signos del pasado como elemento de multiplicación de la vida y como visión paródica de la misma, o de la presencia del cine dentro del cine; algo que “nace de la propia formación de Woody Allen, alguien que desde niño se encerraba en los cines para huir de la vida real” (p. 25). Después llega la conexión de las propuestas más negras de Allen con la tradición novelística y cinematográfica norteamericanas. Welles, Kubrick, o Howard Hawks departen con Raymond Chandler y Vernon Sullivan (alias americanizado del escritor de novela negra francés Boris Vian). Lo negro en Allen tiene una fuerte impronta vital; aunque en este caso para desacreditar la realidad.

Allen cede el paso al escritor peruano Santiago Roncagliolo. Primero, se lleva a cabo un análisis de las singularidades del trabajo periodístico y literario de Roncagliolo, a quien se le debe considerar miembro nato de una generación de narradores latinoamericanos legatarios, no como sucesores, sino como relevo generacional, de la del boom de los años 1960 y 1970. Luis Veres rastrea los pedazos de vida que Roncagliolo introduce en sus novelas. El autor, convertido en parte de la historia, expone en ellas los lugares comunes del fenómeno de la inmigración, para desnudarlos y desmitificarlos. Esto lleva al debate acerca de la crisis postmoderna y la incardina en el seno de un nuevo género cultivado por los escritores hispanos: la nueva novela histórica; aquella que inserta personajes reales en un espacio y tiempo reales y que busca nuevos marcos de referencia.

Esta idea sirve de introducción para el siguiente capítulo; fragmento del libro dedicado al análisis de la obra periodística de Javier Marías: La narración de la memoria, supone una oposición a cierto concepto de modernidad mal entendida. La impronta vital en los textos de Marías es innegable y el papel que esta “memoria fermentada” (p. 88) juega en ellos es el de recuperar el pasado. “Cuando la literatura se centra en la averiguación del pasado colectivo, esa mirada presenta también más rasgos de lo imaginario” (p. 91).

En este punto, el libro nos lleva al último capítulo dedicado a Roberto Bolaño. La metaficción, en tanto que presencia en las narrativas literarias de la suma de experiencias vitales y unos referentes en constante proceso de redefinición (disolución), no alcanzaría plenamente su sentido si no tratara la cuestión de la identidad. Y, de nuevo, el autor nos introduce en una miríada de variables analíticas a través de la obra de Bolaño. “(Su) búsqueda identitaria refleja una ambivalencia” (p. 119), aquella de sentirse latinoamericano y buscar la reacción frente al canon del realismo presente en aquel boom mencionado.

Luis Veres no defiende tesis cerradas. El autor propone una interpretación libre de aquellos elementos que desde su punto de vista construirían un cierto sentido de la metaficción, pero no impone conclusiones. El lector encontrará en su lectura la misma libertad de apreciación. Aunque en la introducción del libro nos sugiera la existencia de un espacio común hispano, Luis Veres tiende puentes hacia narrativas, literarias y cinematográficas, mucho más amplias. Sin pretender en ningún momento ser exhaustivo, ofrece una excelente revisión del sentido del relato que se nutre de otros relatos para convertirse en un texto único y genuino.

Germán Llorca Abad

Universitat de València

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